Agnosticismo, laicismo y progresismo:
los delitos más grandes
Los pastores de la Iglesia Católica concurrieron al Palacio de La Moneda para hacerle una petición al presidente Sebastián Piñera, consistente en indultar a todos aquellos condenados en las cáceles chilenas que tengan más de setenta años de edad, mujeres con hijos menores de dieciocho años, y aquellos que sufran una enfermedad Terminal, esto sin importar el tipo de delito que hayan cometido y como un acto de misericordia en las fiestas del Bicentenario. Al día siguiente los pastores de la Iglesia Evangélica llevaron al presidente la misma petición.
Entendiendo que un indulto presidencial podría favorecer también a los militares condenados por violar los Derechos Humanos, vimos surgir la enardecida oposición de un sector de la sociedad, que se representó, al menos para mí, en la figura del ex candidato presidencial y actual senador don Eduardo Frei. Ellos consideran que la violación los Derechos Humanos es un delito imprescriptible e inadmistiable, sostienen que es inconcebible desde un punto de vista ético o moral indultar a una persona que está condenada por violaciones a los DDHH. El senador por su parte, calificó de “burla” la posibilidad que violadores de los Derechos Humanos queden en libertad, y afirmó “Jamás aceptaremos eso y vamos a exigir el respeto al dolor de tantas familias chilenas. No aceptaremos que se utilice la fiesta del Bicentenario de nuestra Independencia, como excusa para indultar a los violadores de los Derechos Humanos. Los asesinos y torturadores pasaron muchos años en libertad, después de haber cometido los más horrendos crímenes, como para que se hagan merecedores a un beneficio de este tipo, luego de pocos años en la cárcel”
A mí como evangélico (de nacimiento, por misericordia de Dios), me cuesta entender al Senador, cuando fue Presidente de Chile, indultó a un condenado a muerte por violar y asesinar a un niño y también indultó al peor narcotraficante del país. ¿Por qué el violador y asesino de un niño y un magno narcotraficante pueden ser indultados y no un violador de los Derechos Humanos? ¿En qué filosofía funda esta jerarquización de los delitos?
Para un evangélico, el más grande delito consiste en no amar a Dios, porque amar a Dios, es el mandamiento más grande de la ley, dice el Señor, y el único delito imperdonable, es la blasfemia contra el Espíritu Santo. Cuando una persona no ama a Dios y no reconoce a Dios, como el agnóstico por ejemplo, y aspira llegar al gobierno, para promover e institucionalizar el laicismo y el progresismo en el país, es decir, echó a Dios de su vida (agnosticismo), quiere echarlo del Estado (laicismo) y expulsarlo de la sociedad (progresismo), está cometiendo el más grande de los delitos. Cuando una persona le adjudica a Satanás obras que son de Dios, está blasfemando contra el Espíritu Santo. Jesús dejó al Espíritu Santo para guiar a la Iglesia, y si los pastores de la iglesia recurren al Presidente de Chile pidiendo misericordia y clemencia sin distinción, que en nuestro Estado de Derecho es el único que tiene la facultad de indultar, ¿no estarán siendo guiados por el Espíritu Santo?
El agnosticismo, el laicismo y el progresismo son los delitos más grandes, porque quebrantan el mandamiento más grande de la ley, que es amar a Dios. (Mateo 22:36 y 37)