USA, la democracia es el gobierno de los jueces, por los jueces y para los jueces
Una vez más, el matrimonio homosexual gana por “secretaría”
El matrimonio entre un hombre y una mujer es una institución que tiene más de cinco mil años de historia y ha sido pilar fundamental de la civilización occidental. Aunque Dios es el autor de esta institución, no fue el quien la impuso en el mundo, fue la humanidad, fue la gente, la que practicó esta relación y la legalizó en sus códigos nacionales. El mundo antiguo practicó la poligamia, pero la dejó de lado para asumir la institución del matrimonio, y lo hizo libre y voluntariamente. Ciertamente se habrían rebelado, si les hubiese sido impuesta por una autoridad, ¿se puede obligar a un hombre o a una mujer a “renunciar a todas (o a todos) las demás, para conservarse exclusivamente para una mujer (u hombre), hasta que la muerte los separe? Nadie aceptaría ser obligado a jurar semejante renunciación, sin embargo, todos lo prometen libre, voluntaria y alegremente. El matrimonio fue introducido en el mundo en forma democrática y democráticamente los hombres y mujeres lo han conservado.
¿Cómo puede un grupo de jueces arrogarse el derecho de cambiar una institución que el pueblo soberano, en forma democrática estableció para si mismo? ¿Cómo puede un grupo de personas, celebrar y felicitar a este grupo de jueces por haber tomado una decisión que el pueblo y solo el pueblo debe tomar? La dignidad de un proceso democrático, exige que se reconozca como Presidente al que obtuvo la mayoría de los votos, si fulano de tal, obtuvo la mayoría de los votos, todos debemos reconocerlo como el nuevo Presidente. Nadie debe sentirse Presidente si no ganó en las urnas, nadie debe reconocer a un Presidente que no ganó en las urnas. Tales personas puede decirle, hice campaña para ti, voté por ti, pero no te reconozco Presidente, por que fue otro el que gano democráticamente la elección. ¿Cómo pueden sentirse vencedores, victoriosos y felices los homosexuales norteamericanos, si el matrimonio homosexual, no ganó ningún referéndum, no venció en ningún plebiscito, lo está imponiendo un grupo de jueces?
Ciertamente en la democracia existen los jueces, pero cuando se trata de cambiar una institución fundamental, establecida por el pueblo, los jueces deben pedirle al pueblo, que sean ellos quienes tomen la decisión, máxime cuando se trata de un país democrático, pero si el Juez Superior, lo hizo así, le dijo a Samuel, “Oye la voz del pueblo en todo lo que te digan, porque no te han desechado a ti, sino a mi…” Oír la voz del pueblo, es el pueblo el que debe ser confrontado, el que debe ser convocado a las urnas, es el pueblo el que debe decidir en que consiste el matrimonio, no la Presidenta, no los jueces, no los diputados, no los senadores, ninguna comisión. Para mí, el matrimonio es entre un hombre y una mujer, pero si el pueblo chileno, en una campaña libre e informada, acude a las urnas a votar, y la mayoría apoya el matrimonio homosexual, bien, bien, que haya matrimonio homosexual en el país, que el triunfo lo celebren los ganadores, y que los perdedores reconozcan la derrota. ¡Pretendan los homosexuales ganar, pero ganar legítimamente, con campaña, en las urnas, con votos, pero no con comunicados, no con sentencias, porque no lo aceptaremos!
El 4 de noviembre del 2008, se sometió a referéndum, junto a las elecciones presidenciales una proposición de enmienda constitucional, la Proposición 8, que prohibía los matrimonios homosexuales en el Estado de California, y que restringía el término matrimonio a la unión entre un hombre y una mujer. La propuesta fue aprobada por un 52% a favor frente a un 47% en contra, que como todas las modificaciones constitucionales aprobadas en referéndum, entraba en vigor al día siguiente de la aprobación. El gobernador de California, Arnold Schwarzenegger, un juez de California y ahora los jueces de la Suprema Corte norteamericana, desconocieron la voluntad popular, pisotearon el resultado de una elección legitima e impusieron su propia voluntad, le dieron la victoria a los perdedores. ¿Puede llamarse democrática una nación donde ganan los que pierden, y pierden los que ganan? Democráticamente hablando, en el único país del mundo, donde es legal el matrimonio homosexual es en Irlanda. En todos los demás países donde existe, fue impuesto por los jueces y los políticos.
Los legisladores Republicanos de USA, criticaron la decisión de la Corte. El senador republicano Rob Portman, que tiene un hijo gay y que apoya las uniones homosexuales, fue el único miembro del partido conservador que se mostró favorable a la decisión del Supremo, Portman señaló: “Como padre doy la bienvenida a esta decisión, pero hubiese preferido que el problema se hubiere resuelto mediante un proceso democrático en los Estados”. El juez conservador Antonin Scalia describió la decisión, en un voto particular, como un “golpe de Estado judicial” y dijo que el Tribunal Supremo es una amenaza a la democracia estadounidense. El argumento de la minoría conservadora es que los jueces se han excedido al intervenir en un asunto que debería decidir el pueblo. El precandidato republicano a la Presidencia Jeb Bush advirtió el viernes de que “la libertad religiosa está bajo ataque” y subrayó la necesidad de protegerla, tanto dentro del país como en el extranjero, donde judíos y cristianos de todo el mundo se enfrentan a la persecución mientras el gobierno de Barack Obama solo está interesado en celebrar a los homosexuales. Bush insistió en que la “fe es realmente la fundación moral” de Estados Unidos, y aseguró a la audiencia que trabajará por defender “el matrimonio tradicional”.