Escuela de Gobierno inicia sus actividades académicas año 2015
Diplomado en Administración Pública está dirigido a líderes evangélicos

 

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 Alumnado año 2015, secretaria y profesor

 

El sociólogo Christian Lalive acuñó el concepto “huelga social” para describir la indiferencia y la displicencia que los evangélicos sentían por la sociedad chilena, en un informe que data de finales de la década del 60. En aquellos años, casi el 70% del liderazgo evangélico respondía que la iglesia, no debía pensar, ni preocuparse, ni hablar de los problemas políticos y sociales del país. La “huelga social evangélica” terminó en el año 1971, por razones endógenas. Por primera vez en la historia, un Presidente de la República, invitó a un grupo de pastores evangélicos a conversar al palacio de La Moneda. Después de una larga conversación, el Presidente Allende les encargó a los pastores, que “predicaran el evangelio a todos los pecadores de Chile”. La segunda vez, sucedió en el año 1974, el pastor Javier Vásquez de la Catedral fue recibido en el palacio de La Moneda, llevaba a una invitación para que el Presidente Pinochet asistiera a la inauguración de la primera Catedral Evangélica de Chile. A partir del año 1975 comienza el Tedeum evangélico, trasmitido a todo al país, por las pantallas de Televisión Nacional de Chile. Queda establecido entonces,  que fueron los gobiernos de Allende, y de Pinochet, los que sacaron a los evangélicos de sus templos, para incorporarlos al debate y quehacer público.

45 años después, los evangélicos siguen predicando el evangelio a todos los pecadores de Chile, pero ahora sus intereses, también apuntan a contribuir para mejorar la institucionalidad política, proponer nuevos fundamentos para la formulación de las políticas públicas, y promover otras estrategias geopolíticas tendientes a fortalecer la soberanía nacional y la proyección internacional de nuestro país. El libro “Chile Cristiano, historia, políticas públicas y coyuntura”  presenta una visión evangélica de la historia nacional, el proyecto para construir una sociedad cristiana en el país y los elementos filosóficos para reformular las relaciones exteriores, la economía, la salud pública y la justicia. Entre los programas, que la ONG Chile Cristiano, desarrolla está la Escuela de Gobierno “Manuel Umaña Salinas” encargada de dictar el diplomado en Administración Pública. El Diplomado en Administración Pública es un curso, que está diseñado para socializar al líder evangélico con los asuntos públicos, nacionales e internacionales. Para instruirlo en los fundamentos, valores y principios de las políticas públicas, la visión histórica, los constructores y las ideas matrices que diseñan una sociedad cristiana.  Para que entienda, y pueda conceptualizar y contrastar las ideologías políticas contemporáneas; el progresismo, el bolivarianismo y el islamismo, con el objetivo de capacitarlo para intervenir, inocular y administrar el país.

El primer módulo del Diplomado, está dirigido a reflexionar sobre la responsabilidad de la Iglesia frente a la sociedad, específicamente apunta a fundamentar bíblica y teológicamente el deber que tienen las iglesias evangélicas con la República de Chile.  Para definirla, el estudiante debe entender y aprehender la misión de la iglesia evangélica. La disciplina que trata la relación iglesia y sociedad se denomina Ética Social. La Etica Social eclesiástica evangélica,  como todas las disciplinas tiene el mismo tratamiento científico, el mismo tratamiento académico, su buscan sus raíces en la historia, en la filosofía y se establece un marco teórico, del cual se proyectan las tipologías, es decir, los distintos tipos de conductas que las iglesias adoptarán frente a la sociedad. Este estudio incluye una amplia presentación sociológica y teológica de la iglesia evangélica chilena. Partamos por decir que, un dilema va y viene a la cabeza de cada evangélico chileno, sea obispo, pastor o líder, este dilema se explica con muchas preguntas: ¿Tiene la iglesia evangélica alguna responsabilidad con el país? ¿Debe a iglesia evangélica preocuparse de los problemas políticos y sociales del país? ¿Tiene la iglesia evangélica que opinar sobre los problemas que afectan a la educación, la salud, la delincuencia, la cesantía?