Una política exterior que ubica a Chile en la orbita correcta
Acercamiento al putinismo reconcilia a Chile con su historia
Chile Cristiano es el primer think tank evangélico chileno, y tiene entre sus áreas de estudio, investigación y docencia, las políticas públicas, nacionales e internacionales, asociadas a los sistemas de Salud, de Justicia, de Economía y las Relaciones Internacionales, siendo esta última, la que concentra su mayor preocupación, y a la que dedica lo principal de su quehacer institucional. El fundamento ontológico para su aproximación a las Relaciones Internacionales esta en las palabras de Jesucristo: “Mirad la higuera y todos los árboles. Cuando ya brotan, viéndolo, sabéis por vosotros mismos que el verano está ya cerca”. La higuera es Israel y los árboles son todas las naciones del mundo. Y como lo hemos escrito y dicho siempre en nuestros seminarios, las relaciones internacionales, constituyen el verdadero ethos de un país.
Y en cuanto al tema de las relaciones internacionales, no tenemos empacho en señalar frontalmente que no coincidimos con la actual política internacional chilena. Estimamos que la actual política internacional es demagógica, populista, inconsistente, contradictoria y descabellada. La política internacional tiene que ser una expresión de la realidad nacional, reflejar y representar los sentimientos, valores y expectativas del pueblo y no los sentimientos y valores de las élites gobernantes. Ilustro lo anterior con dos ejemplos. Sentimos que hay en la cancillería chilena fuertes sentimientos antisemitas, que no existen en el numeroso pueblo evangélico chileno. El otro ejemplo: Barack Obama, utilizó al Departamento de Estado norteamericano para promover en todo el mundo, sus propios sentimientos personales favorables a la homosexualidad. La gente en USA no esta de acuerdo.
Establecido lo anterior, nos apuramos para reconocer que vemos en las últimas acciones de la Cancillería, como de la Presidencia, un giro que está en línea con nuestras aspiraciones. El diario La Tercera dice: “Bachelet reveló que está debatiendo con Rusia acuerdos de cooperación en educación, lucha con el crimen organizado y el narcotráfico, energía, cultura y defensa”. El periódico destaca que Vladimir Putin el Presidente de Rusia, le ha manifestado que espera complementar las comunicaciones con Chile en distintas direcciones.” Por su parte, los diarios internacionales han descrito así las conversaciones de Chile con Rusia: “Los presidentes de Chile y Rusia, Michelle Bachelet y Vladimir Putin respectivamente, destacaron el nivel de cooperación entre ambos países, y ratificaron la voluntad de seguir profundizando nexos en pro del bienestar común”.
Para entender la importancia de este acercamiento con Rusia para construir acuerdos, especialmente en materias de educación y cultura, los evangélicos chilenos debemos saber que Vladimir Putin el Presidente de Rusia, con el apoyo del Congreso, los Tribunales de Justicia, la Iglesia Ortodoxa y la sociedad, está aplicando en su país, una política integral para fortalecer la familia fundada en el matrimonio entre un hombre y una mujer, que incluye la prohibición de todo tipo de propaganda homosexual. Esta política a favor del matrimonio entre un hombre y una mujer, y en contra de la homosexualidad, la ha constituido en el fundamento de la política exterior rusa, y en base a esta política, ha declarado una guerra axiológica (valórica) contra la Unión Europea que hace todo lo contrario, es decir, la Unión Europea promueve la homosexualidad entre sus países miembros y en todo el mundo.
Para aprender más sobre el Presidente ruso, sus esfuerzos por recristianizar su país y de su guerra valórica contra la homosexualidad que promueve la Unión Europea, y sobretodo, para conocer lo que ha venido a denominarse como "putinismo", le invito a leer, los artículos que aparecen más abajo: “Putin insta a los rusos a que vuelvan a los valores de la religión”, “Rusia acusa a Europa de promover una agresiva propaganda para imponer la homosexualidad en el mundo” y “Bienvenido putinismo fuera progresismo”