Fuimos como país desarrollado, pero se acabo la fiesta
Los cuatro años del Presidente Sebastian Piñera
Chile era un país mediocre, corrupto y estaba destruido, por el más violento terremoto de la historia, hasta que en marzo del año 2010, llegó el Presidente Sebastián Piñera a La Moneda con sus consignas; “Nueva forma de gobernar”, el “24 por 7”, “el gobierno de los mejores”, etc. Antes del Presidente Piñera, en promedio, el país crecía al 3.3 %, el desempleo alcanzaba el 8.1 % y el PIB per cápita era de US$ 15.098. La corrupción era intolerable, todavía recuerdo las palabras del ex senador Fernando Flores que se retiró del PPD, cuando le dijo a la Concertación “Yo no volví a Chile para esto”. La destrucción que causó el terremoto del 27/F, Wikipedia la describe así: “Las zonas más afectadas por el terremoto fueron las regiones chilenas de Valparaíso, Metropolitana de Santiago, O’Higgins, Maule Biobío y la Araucanía que acumulan más de 13 millones de habitantes, cerca del 80% de la población del país. El sismo alcanzó una intensidad de 8,8 grados, provocando importante destrucción en la capital, Santiago, en Rancaguay en las localidades rurales. Las víctimas fatales llegaron a un total de 525 fallecidos. Cerca de 500 mil viviendas están con daño severo y se estiman un total de 2 millones de damnificados, en la peor tragedia natural vivida en Chile desde 1960. El terremoto fue seguido por un fuerte tsunami que impactó las costas chilenas, destruyendo varias localidades ya devastadas por el impacto telúrico. El sismo es considerado como el segundo más fuerte en la historia del país y el sexto más fuerte registrado por la humanidad.
Ahora, a este macabro escenario, hay que sumar el rencor que su triunfo despertó entre los comunistas e izquierdistas en general, y el encono que brotó entre los concertacionistas. Recuerdo que la líder comunista que dirigía la fech ese año 2010, sin ningún sentimiento por los muertos, como tampoco por los estragos que causó el 27/F tan solo un mes antes, quería sacar a los estudiantes universitarios a marchar a las calles, lo que retrasó en un año, más que por las súplicas del nuevo ministro de educación, tal vez porque sus compañeros de la federación más concientes, le aplacaron la animadversión que sentía contra el mandatario de derecha que gobernaba el país. ¡Que cruel y despiadada fue la oposición contra el Presidente Piñera!, encapuchados destruyendo todo a su paso, periodistas faranduleros nocturnos, como los del “así somos”, “demasiado tarde”, “mentiras verdaderas” y otros, burlándose de sus palabras, de sus gestos, de su vestimenta. Tanto político descarado emplazándolo por esto y por lo otro, que sus propiedades, que los conflictos de interés, etc., etc. Las amargas e inconducentes y siempre mediatizadas opiniones del Presidente del Senado, del presidente del Partido Socialista, del hijo del expresidente y de otros que se ufanan del republicanismo. Por el tipo de oposición que vi en estos cuatro años, yo siento, que el Presidente Piñera es generoso cuando dice: “hemos tenido que enfrentar una oposición cerrada, obtusa y malintencionada”
Ahora, si a todo esto, agregamos que el mundo vivía la crisis económica más dramática de la historia, después de la del 29, con millones de cesantes en España, en toda Europa y en Estados Unidos, este Presidente Piñera no tenía como, tirar pa’arriba al país. Dios mío, ten misericordia del Presidente Piñera, ¿Cómo va a crecer al 6 por ciento? ¿Cómo va a crear un millón de empleos? Pucha Señor, que lamentable la situación para él, tenía tantas ganas, estaba tan entusiasmado, ¡Que desgracia! Y no solo para él, sino para todo el país. Sin embargo, el hombre no se desanimó, no se amilanó, nada lo acobardó, dio un paso al frente y se puso a trabajar, y a pesar de las marchas, las protestas, los cacerolazos, las criticas, las burlas y la mal intención, lo logró, ¡lo logró!, levantó los escombros, ordenó las cosas, y saco al país adelante, sorteando hábil y sagazmente la amenazante crisis mundial, que no nos dañó ni siquiera un cabello de la cabeza. Estimado pastor que lee, estos cuatro años fueron el milagro chileno, el país creció casi al 6 por ciento, ese maligno monstruo del desempleo, yo vi como empezó a mirar para todos lados, a ponerse nervioso y a temblar, hasta que cayó abatido al suelo. Un millón de empleos, bendito Dios del cielo, gracias mi Señor, un millón de empleos. Es para no creer lo que sucedió en nuestro país. Cientos de miles de chilenos saliendo a trabajar cada mañana, hermanos peruanos, ecuatorianos, colombianos, bolivianos y argentinos, dejando sus amados países, viniendo a Chile, porque aquí hay trabajo, hay trabajo para todos. Estos cuatro años del Presidente Piñera, fuimos como un país desarrollado.
Es cierto, hizo cosas que nos duelen mucho, la ley antidiscriminación al llevar el nombre de Zamudio, entendemos claramente que tiene por objetivo proteger a los homosexuales, sino se llamaría Ley Umaña, o Ley Herzl. El AVP tiene la misma finalidad, legalizar las uniones homosexuales, se dijo con claridad en el Senado el martes 7 de enero pasado, cuando se aprobó la idea de legislar. Ahora, en el caso específico de nosotros, los evangélicos de Chile Cristiano, lloramos la desilusión que sentimos al comprobar que nada hizo para concretar la suscripción de un TLC con el Estado de Israel, que prometió cuando visitó Jerusalén el 4 de marzo del año 2011. Lo que también hay que reconocer, es lo que hizo por la familia; El bono por las Bodas de Oro está prácticamente dirigido a los evangélicos, ¿Quiénes en nuestro país llegan a los 50 años de casados, sino los matrimonios evangélicos? Yo le agradezco personalmente al Presidente Piñera por todas y cada una de las veces que dijo que el matrimonio era entre un hombre y una mujer. Sumando y restando, y poniendo en la balanza a todos los que dirigieron el país desde su fundación, declaro que su excelencia Sebastian Piñera, cumplió su objetivo de ser el mejor Presidente de la historia de Chile. Dios quiera que el Presidente Piñera, lea este artículo, para que conozca el pedido que le hago desde lo más profundo del corazón: Presidente ayúdenos, a defender la familia, a proclamar que el matrimonio es entre un hombre y una mujer, vienen días muy duros y amargos para nosotros los que trabajamos por la familia, el matrimonio bíblico, los que defendemos la vida del que está por nacer. Por favor, oriente la fundación o el think tank que está creando a este objetivo también. Presidente, su voz y su opinión serán determinantes, ese 50% de aprobación con que termina su mandato, pronto crecerá y usted pasará a representar a millones y millones de chilenos.