Evangélicos levantan las manos del presidente Piñera
y aplauden su gestión
Chile Cristiano cuestiona resultados cerc e interpretaciones de su director
“Quisiera darme cinco minutos de licencia, para lo que a continuación quiero decir, cinco minutos. Yo no soy una persona que valla a golpear las puertas de la casa La Moneda. Bien conocen nuestros dignos dignatarios, y yo digo esto, no he recibido ningún favor del gobierno y eso me da autoridad moral para poder decir lo que sigue:
Señor Presidente de la República: Creo que Dios en su omnisciencia, sabiendo los vientos que traerían huracanes a nuestra ciudad y a nuestro país, supo elegir a un hombre de temple, aun hombre de bravura, a un hombre de valentía.
En primer lugar tuvo que sufrir y hacer frente al terremoto más grande y más trágico que vivió nuestra nación.
En segundo lugar, ha tenido que estar sufriendo el problema social que por más de veinte años se ha venido arrastrando en este país y que hoy día quiere parir en nuestra patria.
En tercer lugar, ha tenido que sufrir a la par, una crisis mundial, económica, que golpea sin misericordia a nuestra economía.
En cuarto lugar, ha tenido que sufrir que algunos políticos, no muestran unidad ni altura de miras en los momentos que usted los ha necesitado.
En quinto lugar, cuando esos 33 mineros, muchos pensaron que estaban muertos, usted tuvo la fe en Dios y se entregó por entero a rescatarlos a 700 metros de profundidad, y en sexto lugar, ha asumido con valentía y honestidad el rescate de estar hermosas personas, chilenos nuestros que dieron su vida para levantar a Chile.
Señor Presidente, con mucho respeto y honestidad, aunque puede haber diferencias religiosas o diferencias políticas o personales, queremos darle nuestro aprecio, darle nuestra diestra.
Sabemos que es un hombre de fe, sabemos que a su lado tiene una mujer que vibra por el aspecto social, y sabemos que hay gente fiel que está a su alrededor.
Señor Presidente, con el respeto que me merece su persona, en estos momentos difíciles que usted ha sabido enfrentar los huracanes con hidalguía, con la sangre de un chileno, quiero pedirle a este hermoso pueblo, que podamos primeramente a Dios, a nuestra patria y a nuestra bandera, darle un aplauso por su gestión.
Viva Chile. He dicho Señores”.
(Epílogo de la predicación del obispo Hedito Espinoza en la Catedral Evangélica, el día del Tedeum Evangélico, aplaudido por una fervorosa congregación de más de quince mil personas.)