¡Aleluya! Tenemos una senadora evangélica
Nadie en el Senado, representa a más gente que ella
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En los datos personales que informa Wikipedia, dice que Ena Von Baer, es luterana. A los obispos y pastores que conforman la Coniev, Concilio Nacional de Iglesias Evangélicas, con quienes la ex ministra de Estado, se reunió recientemente para explicarles los alcances de las indicaciones hechas al proyecto de ley anti discriminación que se tramita en el Senado, les dijo que era evangélica (www.jotabeche40tv.cl reunión CONIEV 47:49). Es muy importante conocer la religión o filosofía con que se identifican las autoridades y políticos en general, con ese antecedente sabemos si adhieren a los valores del cristianismo o a los postulados del progresismo, porque la religión o filosofía determina inevitablemente las políticas públicas que formulen, apoyen y/o promuevan. Un político ateo o agnóstico en lo personal, es progresista en lo social y es laicista en lo institucional. Un político ateo o agnóstico no tiene objeciones para despenalizar el aborto y en aprobar el matrimonio homosexual. No tiene reparos en presentar un proyecto de educación laica, porque quiere a Dios y a la religión fuera de las escuelas y liceos financiados por el Estado, el piensa que la religión es algo privado que las personas deben practicar en la intimidad. Este tipo de políticos le hacen mal a las sociedades y no debemos, como evangélicos, votar por ellos. Hay otro tipo de políticos que engañan al pueblo evangélico, como el Demócrata Barack Obama, que se presentó como cristiano y una vez en el gobierno empezó a firmar leyes progresistas, a favor de la manipulación genética, a favor del aborto, a favor de la homosexualidad, a favor del matrimonio homosexual. Cuando un evangélico vota por un candidato ateo o agnóstico, pasa a ser coautor de esas leyes anticristianas y por lo tanto, responsable del derrumbe moral de la sociedad.
La profecía anuncia que “Chile Será Para Cristo”, así que nosotros como evangélicos debemos contribuir al propósito de Dios apoyando a candidatos creyentes, que no se avergüenzan de Dios, que no transan con el progresismo y que no callan frente a las arremetidas antisemitas. Damos gracias a Dios por que el pueblo evangélico chileno está aprendiendo a ser políticamente consecuente con su fe. Fueron cientos de miles los evangélicos que dejaron de votar por ateos, agnósticos y progresistas en las últimas elecciones presidenciales chilenas. Fuimos los evangélicos, los que impedimos la continuidad de la Concertación progresista y los que permitimos la asunción del actual gobierno, aunque esta situación no la reconozca ningún estratega de campaña, cientista político o comentarista noticioso. Ciertamente el propósito que ningún voto evangélico favorezca a candidatos ateos o progresistas está lejos de lograrse, porque hay muchos pastores y hermanos que siente odiosidad hacia la Derecha política y no pueden abandonar a la izquierda a quienes siempre apoyaron cuando eran mundanos, pero si la biblia es su regla infalible de fe y conducta, si el evangelio guía sus vidas y si realmente creen en la profecía que “Chile Será Para Cristo” tendrán que ordenar sus vidas, conforme a la voluntad de Dios. Cuando Cristo vuelva, debe hallarnos trabajando para que la iglesia sea santa y para que nuestro país sea cristiano. Tomemos conciencia como evangélicos que Dios aborrece las manos derramadoras de sangre inocente (Proverbios 6:16,17). Tomemos conciencia que para Dios es abominación que un hombre tenga relaciones sexuales con otro hombre (Levítico 18:22), por lo tanto, no apoyemos electoralmente a los ateos y progresistas, porque ellos, al promover el aborto y el matrimonio homosexual, están despreciando a Dios.
En el escaneamiento a las convicciones religiosas y filosóficas personales de los políticos y las consecuencias espirituales que le provocan a la nación, alabamos a Dios por la incorporación al Senado de la señora Ena Von Baer. Al plus que le da su religión, hay que sumar la altísima preparación académica que la destaca, no obstante ser una persona tan joven; Tiene 37 años, es periodista y tiene un magíster en estudios europeos y un doctorado en ciencias políticas. La señora Von Baer ha sido investigadora, profesora universitaria, panelista de televisión y deslumbrante ministra de Estado. Llega al Senado, escogida por la Unión Demócrata Independiente, para reemplazar a don Pablo Longueira quien fue honrado por el Presidente para servir como Ministro de Economía de la Nación. Acompaña a la Señora Ena Von Baer, no solo el 22,17 % del electorado de su región que votó por ella en la última elección parlamentaria, también, probablemente, un alto porcentaje de los millones de evangélicos que hay en Chile. Sumando estos factores, nadie en el Senado representa a tanta gente como ella. Ella es la única senadora chilena que se confiesa evangélica. Oramos a Dios para que tenga éxito en la alta función que asume, que defienda y promueva valientemente los valores cristianos que le son propios, porque sus logros axiológicos traerán alabanza a Dios, alegría al pueblo evangélico chileno y prosperidad a la Nación. Si da buen testimonio, si marca la diferencia como evangélica, si se compromete para construir un Chile Cristiano, un Chile desarrollado, un Chile influyente en una América Latina que se hunde de la mano del bolivarianismo, este ministerio evangélico la propone, desde ya, para ser la próxima Presidenta de la República de Chile. Nuestro país no puede caer en las manos de políticos ateos y progresistas, porque es “una copia feliz del Edén” y porque “Chile Será Para Cristo”.