Proyecto que fortalece la educación pública.
Una opinión evangélica.

 

 

 

 

 

11 de diciembre 2008

El Gobierno ingresó a trámite a la Cámara de Diputados un proyecto de ley que busca fortalecer la Educación Pública, inspirado en los principios de laicismo, libertad de conciencia, pluralismo, gratuidad, respeto a la diversidad cultural, compromiso con la democracia y la cultura cívica, transparencia, integración e inclusión y calidad.

La iniciativa crea el Servicio Nacional de Educación que conformará la alta dirección del sector, junto al Ministerio de Educación, la Superintendencia de Educación, la Agencia de la Calidad y el Consejo Nacional de Educación. El proyecto también crea las Corporaciones Locales de Educación Pública, corporaciones de derecho público con dedicación exclusiva a la gestión de la educación en un territorio definido, que puede comprender una o más comunas.

Source: http://www.bcn.cl/actualidad_legislativa/fortalece-educacion-publica Nº Boletín: 6251-04

 

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Una opinión evangélica

 

Resuelta la exigencia de cobertura, el gobierno de Chile está empeñado en enfrentar la imperiosa necesidad de imprimirle calidad a la educación en general y particularmente a la educación pública. Con este propósito, presento el Proyecto de Ley General de la Enseñanza que se tramita en el Congreso Nacional y ahora el Proyecto que fortalece la educación pública.

El Proyecto de ley que fortalece la educación pública, dice en el Artículo 1º de sus Disposiciones Generales que “establece principios especiales para la educación provista por sostenedores públicos; regula la creación de Corporaciones local de Educación Pública; y crea el Servicio Nacional de Educación.

El presente Proyecto que fortalece la educación pública ha empezado recién su tramitación legislativa, pero ya ha concitado diversos comentarios y principalmente cuestionamientos, procedentes, tanto de alcaldes exitosos en la gestión educacional, de dirigentes del colegio de profesores, de parlamentarios de las distintas corrientes políticas como de sectores de los estudiantes. En general, todos los cuestionamientos, apuntan a discrepar con las nuevas instituciones que crea el proyecto.

La presente opinión, no está en la misma línea de todas, esta tiene que ver con el tema del los principios especiales que inspiran la educación pública, y entre ellos, particularmente el primero, el más importante, ya que hace las veces, como de fundamento filosófico de la propuesta. Me refiero al principio especial explicitado en la letra a del Artículo 4, donde dice: “Laicismo y libertad de conciencia. Comprende velar por el pleno reconocimiento de la libertad de conciencia, respeto de la diversidad cultural y la libre manifestación y ejercicio de todos los cultos que no se opongan a la moral, a las buenas costumbres y al orden público”.

Este principio especial, fundamento filosófico de la educación pública, no solo produce confusión, sobretodo provoca sospechas, en cuanto a los verdaderos contenidos y fines que se pretende introducir en la educación pública chilena. El laicismo es una corriente de pensamiento diametralmente opuesta a la libre manifestación y ejercicio de todos los cultos. ¿Los contenidos y fines educacionales chilenos estarán impregnados de laicismo o religiosidad? ¿Qué connotación va a tener el laicismo en una educación pública donde la religión tiene carga horaria en toda la educación general básica y media? ¿En una educación pública que cuenta con más diez programas de educación religiosa oficialmente aprobados por el Ministerio del ramo? ¿En una educación pública que cuenta con centenares de profesores de religión? ¿Pretende el gobierno chileno, en algún momento del proceso legislativo, a través de sus parlamentarios, hacer indicaciones para eliminar la carga horaria, los programas de educación y los profesores de religión, como lo hizo el gobierno socialista de España? ¿Pretende el gobierno de Chile, de la misma manera y a través de los mismos procedimientos, prohibir los símbolos religiosos en los establecimientos educacionales, como lo hizo el gobierno de Francia? ¿Qué planean hacer con la educación pública chilena? ¿Sabe el gobierno de Chile, que en muchas escuelas básicas rurales abundan los símbolos religiosos? ¿Sabe el gobierno de Chile que en muchas escuelas básicas rurales se celebra el Mes de María? ¿Quiere eliminar todo eso? ¿Con que propósito? ¿Quién está detrás de laicizar la educación pública chilena? ¿Algún partido político en particular o toda la Concertación de Partidos por la Democracia? Pero, sigamos un poco más, ¿Cómo pretenden que el estudiante chileno, alcance su desarrollo espiritual, ético, moral, solidario y afectivo en una escuela y con una educación pública laicista? ¿Eliminarán de las ceremonias patrióticas del día lunes en la mañana la entonación del Himno Nacional de Chile, porque su inspirada letra dice: “y tu campos de flores bordados es la copia feliz del Edén, majestuosa es la blanca montaña que te dio por baluarte el Señor? En los fines de años, ¿Planean que las Salas de Clases no sean adornadas con motivos del nacimiento de Jesús? ¿Qué en los discursos de despedida, el profesor a cargo no incluya un Dios les bendiga a todos? Durante el año, ¿Cuándo los alumnos visiten el Congreso Nacional en Valparaíso, ya no escucharán decir el presidente: Se abre la sesión en nombre de Dios? ¿Sus buenos oficios ya no contendrán la emocionante despedida: Dios guarde a Usted?

A estas alturas, conviene dejar de lado las preguntas dirigidas al gobierno de Chile para explicarle a los cristianos chilenos, que el laicismo, aunque parece una palabra de carácter espiritual, una palabra del ámbito religioso, cercana a Cristo, con sabor a divinidad, no lo es, ya que representa todo lo contrario. El diccionario de la Real Academia Española de la Lengua explica que el laicismo es la doctrina que defiende la independencia del hombre o de la sociedad, y más particularmente del Estado, respecto de cualquier organización o confesión religiosa. Una más precisa definición del laicismo se puede reflejar en la siguiente explicación. "Por consecuencia, esta doctrina establece la neutralidad del estado en materias de conciencia y autonomía moral, respetando el derecho de cada credo a tener su propio espacio, pero no en el ámbito del estado, ni con recursos del estado, que es una entidad que por pertenecer a todos, debe permanecer al margen de toda ingerencia en la conciencia de los ciudadanos. El estado por tanto, debe carecer de contenido ideológico, de modo que garantice la libertad de conciencia de todos los ciudadanos por igual". ¿Las indicaciones parlamentarias estarán dirigidas a eliminar cuál de los dos posiciones: el laicismo o la libre manifestación y ejercicio de todos los cultos?

Esta claro que al presente, la libre manifestación y ejercicio de todos los cultos es un principio especial de la educación pública, que como evangélico reconozco y celebro, aunque hay muchos reparos que hacer a la forma como opera, comenzado por subrayar que hay muchas escuelas y liceos del país donde no se ofrece educación religiosa evangélica, y tampoco católica, con lo cual se rompe el Currículo Escolar chileno sin que nadie lo sancione. ¿Qué sucedería si una escuela pública no dictará el subsector de Sociedad, o el de Artes Visuales? ¿Los inspectores de subvención lo soslayarían como lo hacen con la Religión, que también es parte fundamental de la Matriz Curricular Básica como el resto de los subsectores? La Religión es parte de los Planes y Programas de Estudios, debe dictarse obligatoriamente. En cuanto, a eximir de evaluación incidente en la promoción al subsector de Religión, no estoy en absoluto de acuerdo, primero por razones pedagógicas, no puede haber en el Currículo asignaturas de primera y segunda categoría.

Cristianos chilenos, la asignatura de Religión en las escuelas y liceos del país, de la manera como se desarrolla, contribuye a forjar en los estudiantes un sentimiento de desprecio hacia la religión, hacia los profesores de religión y que se extiende a las iglesias cristianas en general. Para qué hacer comentarios de cómo, en muchos casos, se agita la indisciplina en estas clases, toda vez que no cuentan para medir el rendimiento académico.

El hecho, que los alumnos del sector educacional público, pertenezcan al sector más vulnerable (entiéndase pobre), no justifica aplicarles políticas educativas que los prive de los valores religiosos, que en general nutren los proyectos educativos del sector particular subvencionado, toda vez que ellos, los valores cristianos, han elevado social y económicamente a millones de chilenos, muchos de los cuales, otrora estaban sumidos en el alcoholismo, la drogadicción.

Cristianos chilenos, pidamos a nuestros representantes políticos, en el Honorable Congreso Nacional, que la primera indicación apunte a eliminar el vocablo laicismo del proyecto que fortalece la educación pública y la segunda, este dirigida a reglamentar positivamente la libre manifestación y ejercicio de todos los cultos que no se opongan a la moral, a las buenas costumbres y al orden público”. Yo creo que esta indicación, parte por terminar con la Religión, como asignatura de segunda categoría.