Proyecto de ley contra la incitación a la violencia 
Aproximación crítica a la coyuntura pastoral, al discurso de su excelencia, y al proyecto de ley

 

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Si se llega a aprobar este proyecto de ley, tal como está siendo presentado por el gobierno, solo afectará a algunos pastores, no así a la inmensa mayoría de ellos. La coyuntura pastoral es el mejor ejemplo para explicar la afirmación. Algunos pastores están llamando a boicotear el tedeum, a suspenderlo, y a usarlo para protestar contra la máxima autoridad, por haber promovido la ley de aborto y de matrimonio homosexual. Las penas que contempla el proyecto de ley contra la incitación a la violencia, afectará solo a estos pastores, a los que han llamado a boicotear el tedeum. No le afectará a la mayoría de los pastores chilenos, porque son verdaderos "siervos de Cristo".  El apóstol Pablo ha establecido claramente la conducta que se debe exhibir en estos casos, como el que vivimos en el país. "Porque el siervo del Señor no debe ser contencioso, sino amable para con todos, apto para enseñar, sufrido, que con mansedumbre corrija a los que se oponen, por si quizá Dios les conceda que se arrepientan para conocer la verdad..." Convengamos, que de los 25.000 pastores que hay en Chile, hay algunos que no son siervos del Señor; son contenciosos y quieren corregir con ira a los que se oponen. El llamado a boicotear el tedeum, es incitación a la violencia. 

 

El proyecto de ley contra la incitación a la violencia no afectará a la inmensa mayoría de los pastores evangélicos, porque no son contenciosos, son amables, aptos para enseñar,  sufridos, y corrigen al pecador con mansedumbre, es decir, no son violentos, ni incitan a la violencia, además cuentan con todas las facultades y  atribuciones que les otorgan la ley 19.638, la ley de cultos. La ley de cultos, en su artículo séptimo inciso c, consagra el derecho de los siervos del Señor a: “Enunciar, comunicar y difundir, de palabra, por escrito o por cualquier medio, su propio credo y manifestar su doctrina”.  Esta disposición legal autoriza al pastor evangélico a predicar contra la homosexualidad, contra el secularismo, contra el laicismo, contra el ateísmo, contra la corrupción, contra la colusión, contra la delincuencia, hasta contra los pantalones en el pulpito,  y en general, contra todo lo que se oponga a la doctrina cristiana, pero conforme a Segunda de Timoteo 2: 24, algo así como enseñaba el moderno profeta norteamericano David Wilkerson: "Predica contra lo que quieras, pero hazlo llorando".

En el discurso de la Presidenta y en el mensaje del proyecto de ley contra la incitación a la violencia, hay algunas cuestiones incorrectas,   que derechamente son posverdades. Ella dijo: “Aún resuena en nuestra memoria el horroroso crimen en contra de Daniel Zamudio, asesinado brutalmente por el solo hecho de ser gay”. Esta frase es una posverdad, es decir, es la verdad que se instaló, pero no es la verdadera verdad.  Un periodista de El Mercurio, don Rodrigo Fluxa,  después de investigar este crimen durante dos años, vertió su informe en el libro “Solos en la noche”, y en las diversas entrevistas ha declarado: “A Daniel Zamudio no lo mataron por ser gay, una verdad dolorosa e incómoda, pero es una verdad. Lo que es seguro, es que esos cuatro no salían a matar homosexuales,  y que a Daniel no le paso eso por ser gay. Daniel se exponía mucho,  y tenía un tren de vida muy riesgoso. Zamudio no murió por ser gay. No lo digo yo Rodrigo Fluxa, lo dicen los abogados y los fiscales. Toda la gente que estuvo involucrada en el caso, sabe que él no murió por ser gay”.

 

La otra posverdad está en el mensaje del proyecto, en los Antecedentes se explica que la incitación a la violencia, ocasionó “los más atroces episodios de graves violaciones a los derechos humanos, como el genocidio armenio, los crímenes contra la población judía en la Alemana nazi, las dictaduras latinoamericanas, el genocidio en Ruanda”.  En esta frase, para no ser ideológicamente falsos, hay que ordenar y tachar. Y sobre lo mismo, es propicio y pertinente señalar, como el gobierno chileno ha sucumbido al discurso de incitación a la violencia. La población judía es la que más ha sufrido la violencia, verbal y física, tanto en el mundo como en Chile, y no solo en el periodo colonial, sino ahora mismo. Le pregunto al gobierno ¿Por qué Chile no ha suscrito un Tratado de Libre Comercio con Israel? Israel es potencia económica, creadora de tecnología de punta, un per cápita mayor de US$ 35.000, que siempre se ha mostrado interesado en estrechar lazos con nuestro país, y que además es un modelo de democracia, que puede contribuir enormemente al desarrollo de nuestro país, ¿Por qué Chile no tiene un TLC con el Estado de Israel?