A un mes de su instalación
Unión Europea lanza salvavidas a la Convención Constitucional, ¿Por qué?

 

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Si se tuviera en cuenta solo a la Encuestadora Cadem que da una tibia aprobación del 51% a la Convención Constitucional, no habría razón para enojarse o alegrarse, según el 78% o el 22%, pero, lo que uno percibe de la gente con que trata si proyecta un resultado, de todos he escuchado lo mismo, lo que haga esta gente lo rechazaré, y me parece que este sentimiento es el que inspira la carta de la Unión Europea. La Convención Constitucional camina derechito al fracaso, sus líderes, sus mediáticos y sus grupos de presión lo han hecho formidable para que así sea. No tuvieron que pasar muchos días, bastaron apenas cuatro, para que escucháramos la primera evaluación, vino del expresidente del Uruguay don José Mujica: “Tengo miedo de que la Convención Constitucional sea una bolsa de gatos” ¿Logrará el salvavidas europeo rescatar a la Convención Constitucional de ahogarse en su propio jacuzzi?

 

A un mes de su presentación en sociedad, los convencionales constituyentes no han perdido oportunidad para contribuir a lograr el 51% y promover el 22%; Iniciada la Ceremonia, empezaron a golpear la mesa, exigiendo detenerla, y como la Señora Carmen seguía, gritaban: "Están reprimiendo a gente afuera, son nuestras familias las que están afuera, son nuestros compañeros los que están afuera”. Los convencionales de la Lista del Pueblo fueron uno de los primeros grupos en pedir la suspensión de la actividad, argumentando que sus familiares habían sido atacados con el carro lanza aguas de Carabineros en las afueras del Congreso, por lo que solicitaban la explicación directa del Ministerio del Interior, el convencional Jorge Baradit dijo: “Esto lo hemos visto desde el 18 de octubre de 2019”. La señora Carmen respondió: “No hay represión, no hay detenidos, no hay lesionados” La inauguración fue challa para el 22%; Deshonraron la bandera y profanaron el himno nacional.

El histórico proceso de redactar una nueva Constitución, partió “con los presos de la revuelta”, no con pesar por las 60 iglesias quemadas. Nadie ha pronunciado siquiera por equivocación las palabras mágicas: “Dignidad, Estado Social de Derechos, educación gratuita y de calidad, salud igual para todos, se terminarán las pensiones de hambre, sino todo lo contrario, se quejan por comida, porque no les pagan, porque no les autorizan a contratar periodistas, porque no disponen de vehículos para trasladarse. Un constituyente comparó la Convención con el Congreso Nacional: “... vemos jefes de bancada, subjefes de bancada o referentes como se les ha llamado en los últimos días, en cada grupo. En seguida, vemos que la propuesta administrativa se basa en la propuesta de comités, al igual que en Valparaíso. Además, veo con mucha preocupación que en la televisión hay constituyentes enfrentándose duramente sin argumentos, como barras bravas de un lado y del otro, como buenos y malos…”. Yo diría que peor, porque en Valparaíso, allí entra la prensa.

Varios de ellos, están acusando una campaña de desprestigio, se les responden que ellos son los primeros contribuyentes, que en la próxima encuesta la aprobación caerá bajo el 50%, y pronto llegará a los niveles del Congreso Nacional, con el mismo desprestigio que acarrea deslegitimidad. Logrará la Unión Europea con su plurilinguista carta salvar a la Convención, aceptarán los convencionales las asesorías gratuitas ofrecidas por ellos, o querrán tener sus propios asesores pagados por el erario, les responderán a la Unión Europea alegando el tema de la soberanía, los europeos son colonialistas, antes entraron a dominar con espadas y caballos estas tierras, y dominaron por 300 años a través de su virreinato desde el Perú, ahora pretenden hacerlo subliminalmente escribiendo en el idioma de los mismos pueblos, a quienes despojaron de sus metales preciosos. A un mes de inaugurado el proceso, no se ve voluntad en los constituyentes de llegar acuerdo, los grupos internos solo buscan imponer lo suyo, así que lo más razonable es mantenerse en el rechazo.