Convención Constitucional: Un fracaso histórico
El ratificatorio determinará el éxito o el fracaso del proceso

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La Convención Constitucional propiamente tal y todo lo que está asociado a ella, ha sido calificada casi por todos, como histórica, es decir, es un hecho de gran envergadura, que marcará un antes y un después, y que constituye el inicio de una nueva vida. A juicio de algunos, se trata de una revolución virtuosa, que entierra un pasado lleno de abusos, horribles injusticias y profundas desigualdades, que cambiará radicalmente las condiciones, para que “todas y todos” vivan una vida digna, justa y plena, porque la nueva Constitución garantizará educación digna, salud digna, vivienda digna, trabajo digno, pensiones dignas, porque en el nuevo Chile que creará, la dignidad y la justicia serán la costumbre. Sin embargo, a juicio de otros, la Convención Constitucional y todo lo que esté asociado a ella, será un fracaso histórico.

La mayoría de los constituyentes tienen distorsionada la realidad, creen que los millones que salieron a marchar, son más que los millones de chilenos que se quedaron en la casa, y que adrede no salieron a marchar. Creen que ellos son los verdaderos representantes del pueblo, y en verdad lo son, pero no de todo el pueblo, ellos representan a todos los chilenos que salieron a protestar, a los chilenos que lanzaron bombas molotov, a los destruyeron semáforos y señalética, saltaron los torniquetes y prendieron fuego a la estaciones del metro, a los que saquearon e incendiaron supermercados, farmacias, museos e iglesias y arrasaron con cuanta mini pyme encontraron a su paso. Ellos no se sienten representantes de los cesantes ni de los pensionados, su primera declaración no fue a favor de ellos.

 

Para la mayoría de los constituyentes el 22% no existe, ni siquiera imaginan lo orgulloso que están por su marca, ninguno de ellos arrepentido, porque ahora saben que con su voto abrazaron la historia de Chile, defendieron la bandera nacional y honraron el himno patrio. Este 22% sigue firme en sus convicciones, y con decisión y por mayoría empezaron a recuperar terreno, partieron con Renovación Nacional, y dan por hecho, que a poco andar, habrán recuperado también a todos sus pares que se dejaron llevar por la estrategia del Apruebo. A estos, ninguno de los constituyentes mayoritarios, le han hecho siquiera un guiño, y los necesitarán si o si, para el día del ratificatorio, sin ellos el 78% se reduce, y la nueva Constitución tambalea.

Exactamente, este es el problema que tienen los mayoritarios, han olvidado totalmente el ratificatorio, empezaron golpeando la mesa de la señora Carmen Gloria Valladares, abuchearon el himno nacional, usaron el síndrome de la Habana, con el griterío, para causarle un "ataque sónico" a los niños de la orquesta, denunciaron detenciones en el centro, quieren cambiar la bandera nacional, sus fans golpearon a Ruggero, funan la inteligencia de Agustín y su primera Declaración fue para desacreditar a la justicia chilena y retirar a las fuerzas del orden del Wallmapu. El ratificatorio hará que la CC y todo lo que está asociado a ella, sea un fracaso histórico, y los mayoritarios están contribuyendo con su mejor esfuerzo para lograrlo, de seguir empeñándose como lo están haciendo, hasta llamen la atención de la Suprema Corte.