Puestos en un nuevo escenario de lucha
No nos está diciendo que volvamos al refugio

 

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Una cantidad impresionante, nunca registrada de evangélicos, más de 15 mil, están visitando el website chilecristiano.cl buscando leer una opinión desde la perspectiva evangélica, sobre lo que pasó ayer con las elecciones, sobre todo de Convencionales Constituyentes, y nos apuramos en compartirla con usted, ya adelantamos algunas en el programa radial “Conversando el proceso” que hacemos junto al abogado Freddy Rodríguez los domingos en la noche: Los valores cristianos está siendo desplazados en el país, el primer empujón se los dieron el viernes 15 de noviembre del 2019, cuando arrinconado por la violencia incendiaria el gobierno entregó la Constitución Política, el golpe en el mentón lo recibieron el domingo 25 de octubre pasado por parte del 80% que fue a votar apruebo, entre ellos algunos destacados evangélicos, y anoche recibieron la pateadura en el suelo con la elección de Convencionales Constituyentes, que en su inmensa mayoría quedó constituida por personas muy lejanas, y muchos de ellos enemigos declarados de los valores cristianos, como son la comunistas y frenteamplistas.

El ethos de los Convencionales Constituyentes nos adelanta que la República de Chile será calificada como una República Laica, con lo cual la religión empieza un éxodo, tal vez no tan lento, del ámbito público, lo que significa el despido de los capellanes evangélicos, católicos y judíos del palacio de La Moneda, del Congreso Nacional, de los Fuerzas Armadas y demás reparticiones públicas. Las asignaturas de religión desaparecen de la Matriz Curricular Básica y Media. Las propuestas constitucionales del Partido Socialistas, informan: “La Nueva Constitución debe reconocer expresamente la laicidad del Estado; y garantizar explícitamente la separación entre Estado e Iglesia, y la libertad de conciencia y de culto como derechos diferenciados. El reconocimiento de la objeción de conciencia no podrá utilizarse para impedir el ejercicio de derechos de terceros reconocidos por la Constitución o las leyes. Liberar la política de las influencias de grupos de presión implica a su vez consagrar la total separación del Estado de cualquier iglesia u organización religiosa, respetándose las diversas manifestaciones de credos, lo cual además debe traducirse en materia educacional y de libertades religiosas. Este principio implica además la supresión de símbolos, signos, señales, sacramentos, adoctrinamiento, juramentos e invocaciones, ritos o rótulos en el ámbito de lo público, lo cual debe ser recogido en el sistema educacional”.

Pero atención, a los evangélicos que fueron a votar, y especialmente a los que sobrellevaron una candidatura evangélica a cuestas, todos, o más bien dicho, la inmensa mayoría de ellos no logró el cupo que buscaban, pero eso solo significa, que han sido puestos en un nuevo escenario de lucha, nadie, y menos El, les está diciendo que vuelvan al refugio, en los términos en que el sociólogo Lalive d’Epinay calificó a las Iglesias Evangélicas cuando afirmó en estaban en “huelga social”. La lucha sigue oh cristianos, dice el himno pentecostal, y en este caso es la más pura verdad. Lo primero, es necesario inclinar la rodilla y lo segundo, un reingeniería metodológica; Ustedes, los candidatos evangélicos se sacudieron del anatema, “la política es el diablo”, pero no se han sacudido del segundo anatema, “los partidos políticos son del diablo”, y algunos de los nuestros, los más interesados en llegar a la Convención, emprendieron la carrera como Independientes, grueso error, lo repito, grueso error, el sistema electoral chileno, fue diseñado y está hecho para hacer volar por los aires a los independientes, y lo peor de todo, arrastraron a muchos evangélicos, algunos de calificación apostólica, a perder el voto, sucedió en el distrito 6. Atención, para llegar a gobernar el país, primero tienen que fichar por un partido político.

Si seguimos exhortando a los hermanos y hermanas a salir a votar, y logramos que los candidatos evangélicos ingresen a un Partido Político, al final la victoria será nuestra, hay una galaxia de un millón y medio de evangélicos que no salieron a votar ayer domingo, y un universo de ocho millones de chilenos que desconocen la horrible miseria de Venezuela, de Cuba, de Corea del Norte y la de todos los países que integraron el Pacto de Varsovia, y que vomitaron el comunismo ateo que hambreó a sus pueblos. Por de pronto, debemos seguir de cerca el inicio de la Asamblea Constituyente, y exhortar a los fueron candidatos en esta pasada, para animarlos a postular como diputados el próximo domingo 21 de noviembre, hay varios que tienen posibilidades. Pueblo evangélico chileno, en verdad, de nosotros depende que Chile recupere el patriotismo, honremos a nuestros héroes nacionales, cantemos con fuerza el himno nacional, que la bandera chilena esté izada en cada iglesia del país, sigamos saliendo a la calle a predicar, emprendamos actividades económicas, y juguémonos la vida por el orden público, el respeto a las instituciones armadas y de orden, valoremos a nuestras iglesias, y honremos a los pastores, y completo la opinión de la ONG Chile Cristiano, clamando por una agrupación pastoral nacional, solo de corte evangélico, y dirigida por un liderazgo con vocación apostólica y profética.