Presidenta Bachelet: “No concibo el desarrollo de espaldas a las personas”
Una reacción evangélica, al rechazo del proyecto Dominga

 

 

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La verdad es que tampoco estamos de acuerdo con la manera como la Presidenta concibe el desarrollo económico, digo tampoco, porque está claro que rechazamos de plano su agenda valórica. La iglesia evangélica tiene mucho que mostrar y tanto más para enseñar sobre desarrollo económico,  partamos por decir que el surgimiento del protestantismo en Alemania marca el punto de partida para el espectacular desarrollo económico de Europa y de Norteamérica, y ahora, después de cinco siglos paralelos, baste preguntar por ejemplo;  ¿por qué los países cristianos son ricos y los países musulmanes son pobres?  Sin duda alguna, hay una relación virtuosa entre religión y desarrollo, y entrando a distinguir las diferencias con su excelencia, destacamos los factores en juego.

  

Calvino enseñó que el trabajo es la evidencia de la salvación, es decir, rompió con la doctrina existente que la pobreza es una virtud del cielo. El calvinismo sostiene que con el trabajo arduo se da Gloria a Dios, y que a través del trabajo responsable  se logra la purificación del hombre, corrompido por el pecado, y además, que con el trabajo, el hombre cumple la voluntad divina de extender el Edén a toda la tierra. Dejar de enseñar al hombre a pescar para regalarle el pescado, por la mano larga y solidaria de un Estado paternalista que cubre todas sus necesidades, es la traducción al sentido común, de la frase presidencial; “No concibo el desarrollo de espaldas a las personas”.  La construcción de la infraestructura del proyecto Dominga daría trabajo directo a 10.000 personas, y después la operación de la minera, daría trabajo a 3.625 personas.

 

Los ministros del comité político que rechazaron el proyecto Dominga dijeron: “El crecimiento económico no puede ser a costa del patrimonio ambiental”.  Esta frase es muy desafortunada, contradictoria con las enseñanzas evangélicas: Lo orden fue: “Fructificad y multiplicaos; llenar la tierra y sojuzgadla” (Gen 1: 28).  La filosofía panteísta que sin saberlo, cultivan los ministros políticos del gobierno,  además de ser pagana, tiene la vileza de potenciar la maldición que pesa sobre la tierra. La tierra fue creada para albergar al hombre y suplir todas sus necesidades, y el hombre está autorizado para “sojuzgadla”, es decir, para intervenirla, alterarla, exprimirla, violentarla y dominarla, en todo lo que hay en sus entrañas,  el mar y todo lo que hay en sus profundidades.

 

En nuestra opinión, el desarrollo económico se hace precisamente para las espaldas de las personas. Son demasiados los chilenos que hace meses cargan con la cesantía, y los que llevan en sus hombros la pesada carga de un trabajo inestable. Pedimos que a partir de ahora, el impacto ambiental sea presentado en paralelo con un informe de impacto laboral, y si Dominga le dará trabajo a diez mil chilenos, estoy seguro que los dos mil quinientos pingüinos que viven en el sector, se trasladarán gustosos a vivir a la Isla Robinson Crusoe, además que están super aburridos de quedar atrapados en las redes de los pescadores,  que los cacen para servir de mascotas, y para sanar de los oídos, porque los explosivos los tienen sordos desde hace tiempo, pero lo que más les molesta, es la depredación de que son objeto, por parte de los zorros, las ratas y los gatos.