Kast tiene el mejor equipo de gobierno

 

Mejor equipo de gobierno

 

Primero los analistas y después los políticos propiamente tal siempre nos han dicho o enseñado por la televisión, que el éxito de una coalición política es mantenerse en el poder, exactamente que al término del período, el Presidente le entregue la banda presidencial a alguien de su sector, y que cuando esto no sucede es un fracaso, y la pregunta que hago es, este fracaso es solo del Presidente o también es de todo el equipo que le acompañó, y me respondo que sería injusto cargar toda la culpa a una sola persona, indudablemente el fracaso fue de todos ellos, y si lógica y objetivamente es así, es correcto, ex post, presentarlo como un gran equipo, un equipo experimentado, que conoce el Estado, capaz, “para encender los motores y sacar a Chile”, por supuesto que no, y, basado en esta perorata, denunciar como frágil al puntero por no tener equipo, o no tener un equipo igual.

En la historia bíblica subyace el principio que cuando Dios levanta a un líder para dirigir una nación siempre propicia un equipo que lo acompaña, aunque Moisés fue llamado directamente por Dios, el Señor levantó a Aarón como vocero, a Josué como ayudante y sucesor y a los setenta ancianos para hacer justicia y gobernar. Josué mismo lideró al pueblo con la ayuda de sacerdotes y oficiales, David además de ser ungido como rey tuvo un grupo de valientes que lo respaldaban, el Señor Jesucristo siendo el Hijo de Dios, escogió a setenta evangelistas a doce apóstoles para que lo acompañaran y continuaran la misión y Pablo, aunque era un apóstol sabio con dones espirituales, tuvo sus colaboradores en Bernabé, Silas, Timoteo, Tito, Priscila y Aquila y todo un equipo de ayudantes. Y si vamos al principio, aún allí vemos a Dios en su expresión trina, declarando “hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza”. Cuando Dios levanta a un líder también prepara y levanta un equipo que lo ayuda.

En días pasados, el presidente de Renovación Nacional, senador Rodrigo Galilea, afirmó que, “en caso que José Antonio Kast gane la presidencia, tendrá que recurrir a los cuadros de Kaiser y del Partido Social Cristiano” para gobernar, y para nosotros está claro que la sonrisa que esbozó cuando mencionó al PSC, es porque cree incapaz a todos sus militantes de asumir un ministerio, una subsecretaria, una jefatura de servicio y las asesorías que se requieren, y por extensión siente que ningún evangélico chileno tiene las competencias para dirigir una repartición pública, desconociendo supinamente que nosotros hemos sido llamados a “reinar con él”. En nuestra opinión, no es conveniente que Kast, en el caso que gane la presidencia, se surta de los ministros de la Coalición por el Cambio o de Chile Vamos, ya que tienen en su historial haber entregado el gobierno a la izquierda y a la ultraizquierda, que Kast reclute en su propio Partido y en el de Kaiser, y sobre todo en el Partido de Francesca y Sara, que es la gente más idónea, la que tiene una verdadera vocación de servicio público.

Lo interesante es que Muñoz y Concha no solo tienen una militancia a quien recurrir, ellas también pueden acceder a una hueste casi infinita de evangélicos profesionales, jóvenes y señoritas tituladas en las diferentes carreras universitarias, y que harían una labor destacadísima en el Ministerio de Desarrollo Social y Familia, en el Ministerio de la Mujer y Equidad de Género, y que podrían prestar una asesoría valiosa y moderna que amistaría a la Cancillería con las políticas del Departamento de Estado norteamericano, poniendo en su lugar a las dictaduras del mundo, y declarando decididamente como organizaciones terroristas a Hamas, Hezbolá, a los hutíes de Yemen, y al Cartel de los Soles y sus apoderados. Pero es en el Ministerio de Educación donde la Fuerza del Cambio tiene que recurrir a los cuadros del tercer aliado, para la configuración de un currículum que se funda verdaderamente en los principios establecidos en la Constitución y en los derechos consagrados en ella, y en las grandes tradiciones espirituales, (católicas y evangélicas) y culturales de la Nación.