El legado presidencial: ¡El Señor lo reprenda!
La libertad religiosa, el matrimonio, el aborto

 

Imagen1023                                                         Lunes 1 de Junio. Fotografía Prensa Presidencial. 

 Hace ocho años atrás cuando el Presidente Piñera terminaba su primer mandato, evaluando su gestión, escribimos en esta plataforma: “Sumando y restando, y poniendo en la balanza a todos los que dirigieron el país desde su fundación, declaramos que su excelencia, cumplió su objetivo de ser el mejor Presidente de la historia de Chile”. Tristemente, ahora no podemos replicar la frase, su gestión ha sido mala, pésima para las expectativas que nos hicimos entre noviembre y diciembre del año 2017, él nos dijo en su mensaje al mundo evangélico: “Yo me comprometo a que durante nuestro gobierno, vamos a defender los valores de la vida, de la familia y del matrimonio, con fuerza y con voluntad. Y, también vamos a avanzar para que la libertad religiosa y de culto, se dé en todas las esferas de la vida humana.” En segunda vuelta fuimos en caravana a votar por él, aportando sustantivamente al 54,57% con que ganó las elecciones.

Ciertamente que comprendemos, el tamaño del golpe que sufrió el Presidente ese viernes 18 de octubre a las 20,15 horas y el amargo impacto emocional al ver marchar por la Alameda, a más de un millón de personas ese viernes 25 de octubre, protestando por las bajas pensiones y la mala calidad de la salud y la educación. Tanta fue y es, nuestra solidaridad con él, que nosotros calificamos las acciones del 18 y de los días posteriores como “atentado terrorista y estallido delictual” y las manifestaciones del 25 y las parecidas en días posteriores recién, como “estallido social”. En aquellos días, los manifestantes lo dijeron a gritos: “No es por los 30 pesos, es por 30 años de abusos” Y ahí, empezó la confusión del Presidente y de sus asesores, si hubiesen entendido la naturaleza económica de la protesta, habrían resuelto el problema rápidamente. La Constitución era una reclamación de las élites académicas de la Universidad de Chile.

Al desahuciar la Constitución, el Presidente barrió con la libertad religiosa, y ahora nos paramos como mendigos frente a los constituyentes, si tal vez nos permitan orar a Dios en nuestros hogares, nosotros que logramos construir en Chile la mayor libertad religiosa del mundo, que hacemos clases evangélicas en las escuelas, que tenemos capellanes en La Moneda y en el Congreso, que entramos con la facilidad de los curas a los hospitales y que hemos hecho de las cárceles verdaderos campos misioneros, nosotros que logramos llevar a las autoridades de los tres poderes del Estado a una reunión de oración en la Catedral Evangélica, que predicamos con megáfono en las calles y en las plazas y que hemos llegado tener un Representante ante el Supremo Gobierno, ahora somos humillados, nuestra banderita cristiana es profanada y las comisiones como si fueran jefes narcos, tiran al tacho, nuestras miles y miles de firmas, esperen que a lo mejor el “pleno”.

Cuando llegó el primero de junio del año 2021, el Presidente ya había derrotado que rato a estos “revolucionarios con apellidos de alta alcurnia” y no tenía ninguna deuda con ellos, el Presidente si, tenía una deuda con nosotros, los que oramos cada año por él en el tedeum, los que votamos por el en esa segunda vuelta de miedo: ¿Por qué ayudar a destruir la sagrada, histórica y procreadora institución del matrimonio entre un hombre y una mujer? Usted siempre lo dijo muy claramente: “Nada haremos, el PdL de la expresidenta está en el Congreso y es un tema de ellos” ¿No sabe acaso que en los países que lo legalizan, empiezan a tratar de “discurso de odio” el mensaje y persiguen a los pastores. Y, ¿la vida?, ¿la destrucción la vida?, ¿el acuerdo histórico que se propuso? Los constituyentes aplaudieron a rabiar cuando aprobaron el aborto libre. ¿El legado? Fin de la libertad religiosa, destrucción del matrimonio y chilenos condenados a morir antes de nacer.