Gracias expresidente por este reconocimiento, y por el anterior
Ricardo Lagos en su despedida, advierte sobre una Ola Conservadora en el país que puede durar muchos años
Después de siete meses de empeño, el expresidente Ricardo Lagos baja su candidatura presidencial. Hasta la víspera nada lo había amilanado; las malas cifras que le daban las encuestas, las agrias críticas que recibía de la juventud, las pesadas bromas que le propinaban los humoristas, ni siquiera los desprecios que le hacían desde La Moneda. Fue la espalda del Partido Socialista la que puso una lapida a su ánimo. Enjuiciando la decisión del PS, la prensa internacional destaca a Ricardo Lagos, como el socialista más conocido en el mundo después de Salvador Allende, y el primero de esa corriente política en llegar a La Moneda. Personalmente he escuchado a muchos socialistas tratar de traidor a Ricardo Lagos, y también escuche a mucha gente de derecha tratar de “estadista” al expresidente. De su gobierno recuerdo esa frase que los “empresarios aman a Lagos”, pero es como evangélico, que pido la oportunidad para decir unas palabras en esta ceremonia.
Gracias don Ricardo Lagos Escobar por este reconocimiento que nos hace ahora, y también por el otro que nos hizo el 26 de diciembre del año 2005 con ocasión de la publicación del Decreto Supremo N° 142 que instituye el 31 de octubre como Día Nacional de las Iglesias Evangélicas y Protestantes cuando dijo que este: “era una forma de agradecer el aporte que las iglesias han realizado en forma permanente y sostenida a nuestra historia, a la conformación de una patria más fraterna, solidaria y humana. Declarar este día nacional, es una manera de relevar la significación histórica y social de estas expresiones de la fe cristiana en Chile, las hondas raíces de la cultura cristiana evangélica, que se remontan a la acogida de O’Higgins al reverendo Diego Thompson, hecho que abrió espacio al primer ámbito plural y de tolerancia en los inicios de nuestro joven país”.
En su discurso para poner fin a su candidatura, el expresidente expresó unas palabras que me estremecieron como evangélico, él dijo: “No todos sentimos el mismo sentido de urgencia ante la amenaza de una dispersión estratégica de las fuerzas progresistas, y una ola de restauración mercantilista y conservadora que puede durar muchos años”. ¡Qué interesante la visión de Lagos! El expresidente ve en el país una “ola de restauración conservadora que puede durar muchos años.” No hay dudas, este es un gran reconocimiento a la iglesia evangélica chilena y a sus organizaciones; a los que se están desvelando por defender la vida del que está por nacer y del que sufre una enfermedad terminal, a los que luchan para defender el matrimonio tradicional, y a los que se esfuerzan para defender el interés superior del niño. Y el expresidente dice que este avivamiento puede durar muchos años. Expresidente le dice a los socialistas, que este avivamiento es una amenaza para las fuerzas progresistas.
Obispos, pastores, líderes y hermanos, iglesias y organizaciones, sigamos adelante con el mismo ímpetu, con las mismas ganas, con la misma energía, que nadie se canse, que nadie desmaye, que nadie sucumba, que nade se desanime, nosotros somos esa Ola Conservadora, ese tsunami imparable, que fluirá por toda la patria. Sigamos así, y se dispersarán las fuerzas del progresista que quiere profundizar las reformas de Bachelet, de la asistente social que votó a favor de las tres causales, de la periodista del Frente Amplio que quiere “aborto libre”, del abanderado de Evópoli que quiere matrimonio homosexual. Reconozcamos y apoyemos a los que van arriba de la Ola Conservadora, pongamos un Me gusta en sus plataformas virtuales, firmemos por ellos en las notarías, a inscribirse en los partidos políticos que los apoyan y vamos a votar por ellos en las Primarias del domingo dos de julio.