Una Constitución hecha en dictadura
a una Constitución hecha en corrupción

 La opinión de Chile Cristiano, primer think tank evangélico chileno

 

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Después de entregar su informe el Consejo Asesor Presidencial contra los conflictos de interés, el tráfico de influencias y la corrupción, la Presidenta señaló: “hemos visto cómo algunos usan el poder de su dinero para influir las decisiones de la democracia, es decir, para influir las decisiones que nos afectan a todos. Y hemos visto también cómo algunos usan la influencia que otorgan los cargos democráticos y públicos, que están para servir a todos los ciudadanos y ciudadanas, para obtener ventajas personales”.  Cuando la Presidenta recibió el informe de esta comisión, señaló: “El país ha conocido irregularidades, corrupción y faltas a la ética que afectan a la política y a los negocios. Eso es grave, porque deteriora nuestra democracia y crea abusos, privilegios y desigualdad.”  Transcribo estas citas presidenciales para documentar, lo que los chilenos ya tienen internalizado desde febrero pasado, el país está en un estado de corrupción, y como ella misma lo afirma: “Los chilenos y las chilenas están molestos”.


Pretender redactar una Constitución en el estado de corrupción en que se encuentra el país, “será pan para hoy y hambre para mañana”. ¿Quién asegura que la próxima generación de chilenos va a tolerar una Constitución hecha en corrupción, si los chilenos de hoy no toleran una Constitución hecha en dictadura? La próxima generación de chilenos va ha rechazar esta nueva Constitución, con el mismo argumento con que se rechaza la actual Constitución. La actual generación de chilenos alega: La Constitución fue hecha en dictadura. La próxima generación de chilenos alegará lo mismo: Esta Constitución fue hecha en corrupción, y como lo más probable es que el empoderamiento de los chilenos en el futuro sea mayor, ellos gritarán: Esta Constitución fue hecha por tramposos corruptos, fuera con ella, y hagamos una nueva. Y sucederá,  que así como la actual generación trata a Pinochet  de dictador, la próxima generación tratará a Michelle de corrupta. Por esto, la idea de hacer ahora, una nueva Constitución, es pésima.


Con relación al mecanismo, la idea de una Asamblea Constituyente, deben evaluarse una y otra vez, porque si no tenemos el 30 % de la composición, rechazamos este mecanismo. Lo explico mejor, los evangélicos ya somos el 30 % de la población chilena, y tenemos muy claros los valores que queremos consagrar constitucionalmente. El Estado, el gobierno, el parlamento, los medios de comunicación social y muchas otras instituciones más, siempre nos han discriminado a nosotros los evangélicos, y sin duda alguna, también nos van a discriminar para una Asamblea Constituyente. Así que, les avisamos a los marcadores A C  (Asamblea Constituyente), que son tan discriminadores como todos los demás que mencioné, como no van a querer darnos el 30 % de la composición, cuenten con el rechazo nuestro. ¿Esta claro?  O, lo vuelvo a explicar.  Por esto, la idea de una Asamblea Constituyente, es pésima.


Otra cuestión que deben evaluar una y otra vez, los que promuevan la nueva Constitución: Nosotros los evangélicos chilenos, declaramos lo siguiente: Si en la nueva Constitución, no vemos reflejado los conceptos de la Resolución L-25 del Consejo de Derechos Humanos de la Organización de las Naciones Unidas y reproducido textualmente el Artículo 102 del Código Civil chileno, la desaprobaremos, es decir, vamos hacer campaña a nivel nacional, para votar NO a la nueva Constitución. Una nueva Constitución que no refleje los conceptos de la Resolución y el Artículo 102 del Código Civil, será letra muerta para nosotros. Así que, si pretenden hacer una nueva Constitución sin especificar que “el matrimonio es un contrato solemne por el cual un hombre y una mujer se unen actual e indisolublemente, y por toda la vida, con el fin de vivir juntos, de procrear y de auxiliarse mutuamente” (Artículo 102 del Código Civil), estarán determinando anticipadamente el resultado del plebiscito de aprobación.