Instructivo que precisa clases de religión tiene un ADN laicista
El laicismo es la causa de la mala calidad de la educación pública

 

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Nosotros sabemos que la reforma educacional que se promueve en nuestro país se inspira en la que aplicó el PSOE en España. No la hemos confrontado abiertamente, porque hay un aspecto que favorecemos fervientemente, el de la gratuidad de la educación superior. La gratuidad permitirá a los jóvenes y señoritas evangélicos estudiar leyes, medicina e ingeniería, carreras que tienen aranceles que sus familias no pueden pagar ahora y nunca. Los proyectos educacionales socialistas tienen dos características, son públicos y laicistas. Público significa que son estatales, el Estado es el dueño de la infraestructura (edificios, escritorios, pizarras, etc.). Al Estado socialista no les gustan los proveedores privados de educación, llámense particulares pagados o particulares subvencionados. Al gobierno de Chile le gustaría comprar todos los terrenos y edificios educacionales privados que hay en el país.

El segundo aspecto de los proyectos socialistas de educación es la laicidad. Agradecemos que cada vez, sean más los evangélicos que conocen el significado de laico. El concepto laico o laica, significa sin religión, sin símbolos religiosos, sin libros religiosos, sin asignatura de religión, sin programas de religión y sin profesores de religión.  La educación laicista no solo deja de lado la religión, deja de lado a Dios y toda la concepción cristiana del mundo, el hombre y la sociedad, es decir, en la educación estatal y laica no se enseña la creación divina del mundo y del hombre. La educación estatal y laica, enseña el Big Bang para explicar el origen del mundo y la ameba para explicar el origen del hombre. Para la educación estatal y laica, el conocimiento no viene de la Revelación, sino de las experiencias personales y sociales.

Y así como al principio del proceso de reforma educacional, vimos el afán de comprar los colegios para que fueran públicos,  ahora empezamos a conocer el afán de laicizar la educación.  El instructivo Nº 1007 emitido el 27 de noviembre pasado que tiene por finalidad especificar como debe administrarse la educación religiosa en las escuelas y liceos del país, establece que todos los centros educacionales deben ofrecer clases de religión, pero que estas son optativas para los alumnos y sus padres. Basta que un padre manifieste que no quiere que se le enseñe religión a su hijo, para que tengan que eximirlo, aunque el colegio sea cristiano, y para reforzar esta idea española, también establece que el propio alumno en la enseñanza media puede eximirse de las clases de religión, con solo decirlo.¿Hay algún alumno en la media que quiera clases de religión?  

Cuando una madre, matricula a sus hijos en el Colegio evangélico Embajadores del Rey, o en los otros colegios evangélicos, cuando los matricula en el Seminario San Rafael u otro colegio católico, sabe de sobra que le enseñaran la religión evangélica y/o la religión católica, y para eso los matricula, para que sean educados en la religión. Esto siempre ha sido así. Las encuestas sobre preferencias religiosas deben aplicarla las escuelas y liceos municipales, pero nunca lo hacen, y ninguna autoridad se los reprocha, porque son todas laicistas, no quieren a Dios ni a las iglesias dentro del establecimiento. Lo que pretende la Superintendencia de Educación con el Instructivo 1007, es que todos los colegios particulares pagados y subvencionados, apliquen la misma formula que los municipales, y así de esa manera, dejar fuera a Dios y a las iglesias, es decir, tener una educación laica.

Mi opinión como profesional de la educación, es que la mala calidad de la educación chilena, se debe al laicismo. Cuando se deja fuera a Dios, cuando no se toma en cuenta la biblia, cuando los alumnos no conocen a Jesucristo, entonces los niños, adolescentes y jóvenes,  pierden el respeto a Dios, a las personas, a los emblemas nacionales y al país. Y sin amor a Dios y a la Patria, jamás alcanzarán su desarrollo espiritual, ético, moral, afectivo, intelectual, artístico y físico. La educación evangélica le ha hecho muy bien a millones de chilenos y chilenas, les ha enseñado a temer a Dios, a querer a sus familias, amar al país. Les ha enseñando la responsabilidad en el trabajo. Después de conocer a Jesucristo, millones de chilenos y chilenas han abandonado los vicios del alcohol, las drogas, el cigarro, y llevan una vida ordenada, de trabajo, de familia, de iglesia.