Entre una dictadura laicista y un apestado internacional
A 30 años de la guerra entre argentinos e ingleses por las islas

Proverbios 14:34

 


Government House in Stanley Falkland Islands

 

El litigio por las Islas Falkland – Malvinas lo que tienen que dirimir únicamente sus habitantes. Nadie tiene derechos sobre ellos ni su territorio, pueden existir muchos interesados y contar con mucho apoyo, pero se tiene que imponer el sentido común, la lógica y la única política válida, la autodeterminación de los pueblos y la otraque la complementa, la no intervención en los asuntos internos de los pueblos. Así que los dueños del futuro no están por allá ni por acá, son los pocos más de tres mil habitantes que viven allí. El gobierno argentino no les reconoce ningún derecho a los kelpers, pero el gobierno del Reino Unido que ejerce jurisdicción si lo hace, el primer ministro David Cameron ha dicho; “Nosotros apoyamos el derecho de los habitantes de las islas Falklands a la autodeterminación”.

 

Frente a esta incuestionable atribución y promisoria coyuntura histórica, recomiendo a los afortunados isleños rechazar la unificación con Argentina, deslindar el continuismo británico y optar por el camino propio, que los constituya en un Estado autónomo, independiente y soberano. Más adelante, vuestro Parlamento podría evaluar la incorporación a la Commonwealth, casi teniendo la seguridad que el Rey Guillermo, los recibirá con los brazos abiertos. Ustedes son capaces para lograrlo, tienen más de 12.173 kilómetros cuadrados de tierra y un extenso mar que los rodea por todas partes, para cultivar y producir toneladas de alimentos. Con una política abierta a las inversiones, rápidamente atraerán enormes capitales que transformarán las más de doscientas islas vuestras en paradisíacas locaciones turísticas.

 

La unificación con Argentina no es recomendable, porque tiene un gobierno económicamente irresponsable, políticamente equivocado y culturalmente confundido. Eliminó el sistema privado de pensiones y traspaso al Estado la carga económica más pesada, en el tiempo de mayor longevidad de la humanidad. Se apropio de las reservas del Banco Central para financiar el presupuesto fiscal y es tanta la falta de dólares, que ha tenido que frenar las importaciones. La crisis galopa rápido hacia el continente. Por sus últimas decisiones económicas, el gobierno argentino esta siendo catalogado como un apestado internacional. Se equivoca políticamente cuando denuncia de usurpador al Reino Unido en los foros internacionales, exigiendo la propiedad de las islas, cuando estrecha lazos con el ALBA, cuando presiona al MERCOSUR buscando apoyo para boicotear el comercio marítimo de las islas, sin hablar al corazón, sin abrir los brazos hacia los kelpers. Culturalmente confundido porque impone leyes y con ellas costumbres, como el matrimonio igualitario, que rechazan los sectores cristianos argentinos, desconociendo que los kelpers son mayoritariamente cristianos.


Deslindar el continuismo británico es indispensable, porque los gobiernos del Reino Unido han alejado al país de los principios y valores que lo engrandecieron a partir del siglo XVI y lo han transformado en una dictadura laicista. ¿Qué se puede decir del primer ministro David Cameron cuando a cambio de ayuda económica, exige a los pueblos africanos reconocer y aceptar la homosexualidad? ¿No sería lo correcto exigir que el dinero se use para atender la desnutrición, comprar medicamentos, construir viviendas, escuelas, hospitales, iglesias? ¿Cómo puede entenderse que el Estado inglés castigue con dos meses de suspensión del sueldo a una enfermera cristiana, porque hizo una oración por una anciana enferma terminal en un hospital público? ¿Cómo puede entenderse que a los funcionarios públicos que son cristianos, el gobierno inglés les prohíba llevar un crucifijo en el cuello o tener una cruz en el escritorio? ¿Cómo puede entenderse que los jueces quiten niños adoptados a un matrimonio evangélico, solo porque rechazan la homosexualidad? ¿Qué porquería de país es este?

 

Hagan su propio país, una sociedad de valores; Libertad, solidaridad, justicia y dignidad. Casi todos ustedes son cristianos, busquen en las Sagradas Escrituras los fundamentos para construir una sociedad pacífica y próspera. Fortalezcan la libertad política y económica con una institucionalidad cristiana que favorezca la vida, el matrimonio entre un hombre y una mujer, una educación inspirada en el creacionismo y en la civilización judeocristiana. Fomenten y financien el emprendimiento, fusionen la palabra virtud con trabajo. Promuevan la asistencia a la iglesia, la práctica del deporte, la investigación científica, el desarrollo de las artes y no llenen su país de Institutos de los Derechos Humanos, Subsecretaría de los Derechos Humanos, Museos de los Derechos Humanos, Comisión de los Derechos Humanos, y si lo hacen, funden inmediatamente el equivalente que exalte los Deberes Humanos.