Fair Play & Dirty Play

 

El fútbol está en la Biblia decía el pastor bautista de Nogales, ¡lean en la parábola de las diez vírgenes lo que dice!: “…mientras esperaban, cabeceaban…” y tenía toda la razón, porque en las Sagradas Escrituras están los principios fundamentales para formar el mejor equipo del mundo. La jugada polémica está en que el señor Marcelo Bielsa, Director Técnico de la Selección Chilena de Fútbol, con su experticia técnica le ha prestado un servicio inestimable al deporte nacional e incomparable al fútbol chileno, pero con sus acciones políticas cometió foul reiterativo. Saludar al señor Presidente de Chile, con displicencia, desgano y tosquedad en dos ocasiones tan emotivas como significativas; la primera cuando el mandatario le visitó en Juan Pinto Durán para desearle éxito en la aventura sudafricana, y la segunda, nada menos que en el Palacio de La Moneda, cuando fue invitado a recibir el agradecimiento por sus logros.

 

En cuanto al Jefe (del señor Bielsa), que postula a la reelección, lo encuentro demasiado sensible, desatinado e inmaduro administrativamente. No utilizo los calificativos de “arrogante”, “despectivo” y “pesado” con que lo retrata el comentarista deportivo Felipe Bianchi en su columna del diario “El Mercurio”, porque no lo conozco mayormente, menos personalmente. Molestarse porque el Presidente dijo por la televisión que invitaba a todo el plantel para homenajearlos en el palacio de La Moneda, sin habérselo dicho en privado primeramente a él, me parece de un infantilismo peligroso. Ahora, expresar ese sentimiento públicamente de manera que todo el país supiera de su molestia con el presidente, me parece odioso de cuidado. A todo lo anterior, sostener mediáticamente que si se tiene que ir por no haberle sonreído a alguien, toma sus cosas y se va, me parece patológico de tratamiento inmediato.

 

Encuentro muy extraña la actitud del postulante oficialista, un dirigente social, un empresario, un líder de masas sabe y aplica que no puede molestarse por una nimiedad y sobretodo sabe que si se molesta, no puede contárselo al mundo por la televisión, las molestias hay que guardárselas por amor a la institución que representa, por conveniencia comercial de los negocios, y por último por seguir el protocolo que dicta el simple sentido común. La única razón para no tener en cuenta estas consideraciones básicas de la administración de empresas, es que el rechazo, la reprobación y derechamente el odio sea incontrolable, como cuando el desquiciado periodista iraquí se sacó sus zapatos y se los lanzó al presidente de los Estados Unidos de América. Que el presidente diga por la televisión que nos invitará al Palacio es algo que llenaría de orgullo, ilusión y de ansiedad nuestro corazón. Ahora ¿cuánto cuesta sonreír? Si por sonreír puedo seguir al sirviendo a la institución que tanto amo, sonreiré, sonreiré, sonreiré y no me cansaré de sonreír nunca, solo dejaré de hacerlo cuando termine mi periodo.

 

Agradezco al señor Bielsa y al señor Mayne-Nicholls todas las alegrías que el notable desempeño y los luminosos triunfos de la selección chilena de fútbol produjeron en nuestros corazones, pero sinceramente espero que no sigan en sus cargos. Los valores del respeto, la amistad, la buena onda son muy importantes y deben preservarse, aunque a muchos cueste comprenderlo.